Apertura del Túnel de Arlabán.

Información extraída de: www.noticiasdegipuzkoa.com


La histórica muralla geológica que separa Gipuzkoa y Álava se abrío el pasado lunes. La autopista Eibar-Vitoria (AP-1), un faraónico proyecto viario que constituye la obra más ambiciosa, y también la más costosa, de las que se abordan actualmente en Gipuzkoa, ha puesto en funcionamiento el tramo que discurre entre Eskoriatza y la capital alavesa.

Bajo el monte de Arlaban, límite entre los dos territorios, se dieron cita a mediodía del lunes autoridades de ambas diputaciones forales para cortar la cinta del túnel de Isuzkitza, el hito más importante de esta obra por ser el corredor subterráneo más largo de toda Euskal Herria con sus más de tres kilómetros.

Esta infraestructura forma parte de la autopista AP-1 y, junto con su inauguración, entró también en funcionamiento el primer tramo interterritorial de esta vía rápida, el que une Eskoriatza con Vitoria.

De esta manera, arrancaba el principio del fin del largo camino emprendido hace ya una década por las obras de la Eibar-Vitoria, un complicado proyecto que está a punto de concluir tras superar numerosos incidentes y constantes retrasos.

De un modo u otro, la accidentada orografía vasca ha presentado batalla a los obreros y, especialmente, a los constructores de los túneles, que han tenido que afrontar más de un derrumbe durante estos diez años de obras. Y es que, de los 32 kilómetros que suma la autopista en el territorio guipuzcoano, un tercio se han excavado a través de montañas (con doce túneles) y otros cinco kilómetros discurren sobre 14 viaductos.

El túnel de Arlaban o Isuzkitza fue, precisamente, uno de los motivos principales que obligaron a posponer la inauguración de la vía, ya que la aparición de vetas de terreno anómalas durante la excavación obligó a reforzar toda su estructura.

El último corrimiento de tierras registrado hace varias semanas en la boca del túnel de Apotzaga, en el tramo Arrasate-Eskoriatza (6,3 kilómetros), ha sido, precisamente, el que ha provocado la última demora, un retraso de otros dos meses más en la apertura completa de esta carretera, que, salvo nuevos imprevistos, estará totalmente operativa en junio. Así, este eje será el último en culminarse, cosiendo definitivamente el trazado entre la capital alavesa y la localidad armera, ya que el tramo Eibar-Arrasate (de quince kilómetros) es transitable desde hace meses.

Cuando la apertura completa sea una realidad, se calcula que unos 25.000 conductores recorrerán diariamente los 46 kilómetros que separan Eibar de Vitoria. El trayecto se podrá completar en apenas 25 minutos.

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