CONSTRUCCION DEL VIAL Y TUNEL RIMAC (LIMA-PERU)



 
 
El proyecto vial Vía Parque Rímac unirá once distritos de la capital y tendrá un túnel de dos kilómetros que pasará por debajo del ‘río hablador’. La obra estará concluida el 2015 y, según la alcaldesa Susana Villarán, transformará Lima. (Texto: Raúl Mendoza).
 
“Estamos construyendo el túnel bajo el río” dice una pancarta colgada en el puente Rayitos de Sol, del centro de Lima. Cada día el lugar se llena de curiosos que miran desde lo alto las obras que se realizan en el cauce del Rímac. Abajo, obreros con mamelucos amarillos realizan sus labores rodeados por maquinaria pesada, pilas de varillas de fierro, bolsas de cemento, vigas de madera, cerros de arena. Hace dos semanas, después de una excavación que alcanzó los veinte metros de profundidad, se empezó a rellenar la losa de concreto –es decir, la vía– por donde irán los automóviles y se armó la enorme estructura metálica de las paredes laterales. Son los primeros avances de la obra definitiva.

Es el primer túnel que se construye por debajo del lecho de un río en el Perú y también será uno de los más extensos. Por ahora están en la primera fase de la obra. Ese túnel futurista tendrá una extensión de dos kilómetros: abarca el tramo ubicado entre el puente Balta (en Barrios Altos) hasta un poco más allá del puente Santa Rosa. Para empezar las obras han debido desviar las aguas del río a un canal construido con placas de concreto, que corre por la margen derecha al lado de la Vía de Evitamiento. Las excavaciones actuales se hacen en toda la extensión del cauce que ha quedado libre y seco. Como parte de los trabajos previos se desterró las covachas de consumidores de droga y se erradicó a los roedores.

El último viernes, la alcaldesa Susana Villarán se dio una vuelta por el histórico puente Trujillo para observar las obras que se realizan abajo. La vista desde ahí también es buena. “Cuando la obra esté concluida, transformará Lima. El tránsito lento y pesado de la Vía de Evitamiento será un recuerdo”, dice Villarán. Va rodeada por funcionarios de la municipalidad y hace observaciones sobre aspectos del proyecto. Las personas que pasan la saludan con la mano y un policía que custodia Palacio de Gobierno, la llama por su nombre y le dice que “está haciendo bien las cosas”. La gente se agolpa en el lugar para mirar las obras junto a la comitiva.

Para la alcaldesa de Lima, Vía Parque Rímac es "una obra de vital importancia para la vialidad, el transporte y la movilidad de la ciudad, que es uno de los ejes de nuestra acción municipal”. Otro aspecto que Villarán destaca de esta obra es que unirá once distritos limeños, empezando en Ate y acabando en el límite con el Callao. Ese recorrido, que antes se hacía en una hora, se reducirá a 20 minutos. En el 2015 un automóvil podrá partir de Ate, tomar la Vía de Evitamiento, llegar al centro, atravesar el túnel bajo el río, salir a la avenida Morales Duárez y de ahí enrumbar al Callao. Todo el túnel –que es parte de un proyecto más grande– estará listo el 2015. 
  
LIMA FLUIDA

La obra Vía Parque Rímac está a cargo de la empresa Lamsac (Línea Amarilla SAC) y OAS, y se está haciendo a un costo de 700 millones de dólares. La primera piedra se puso en enero de este año, pero los trabajos se iniciaron en abril. El proyecto consta de dos partes: 1) Construir 9 kilómetros de vías nuevas desde el puente Huáscar hasta el límite de Lima con el Callao (ahí se incluye el túnel bajo el río). 2) Mejorar 16 kilómetros de un tramo ya existente de la Vía de Evitamiento, desde el Trébol de Javier Prado hasta el óvalo de la avenida Habich. Los once distritos que unirá son: Ate, Santa Anita, La Molina, Santiago de Surco, San Borja, San Luis, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Cercado, Rímac y San Martín de Porres.
Volvamos al túnel del río. "Aquí trabajamos por turnos las 24 horas del día, para cumplir con los cronogramas", dice Juan Pacheco, gerente y vocero de la empresa Lamsac. Por la noche, potentes reflectores alumbran el lugar. En estos días la maquinaria sigue removiendo tierra y apilando escombros. Camiones cisternas avanzan por el cauce mojando las partes secas para que no se levante el polvo. Cualquier extraño que ingresa a la zona de obras –como nosotros– debe usar casco y chaleco. Entre obreros, técnicos e ingenieros, los trabajadores suman unos 600.

La primera etapa contempla hacer el túnel bajo el río Rímac para aprovechar que por estas épocas el caudal de agua es menor al que habrá a partir del verano. "El canal por donde hoy corre el río es impermeable y está diseñado para soportar la crecida de los próximos meses", asegura un ingeniero mientras recorremos la obra. La empresa consideró el caudal anual de los últimos 100 años del río para construirlo. Por las condiciones de la zona de obras se han usado técnicas de construcción novedosas: para evitar que el talud de ambos lados del río –conformado por arena, desperdicios y piedras sueltas– se desmorone, le han puesto encima mallas de acero y lo han cubierto con cemento a través de una técnica llamada shotcrete (concreto disparado a presión), que se hace con una máquina especial. Todo eso se asegura con pernos de anclaje, que hoy se ven como dados en los muros.

El futuro túnel tendrá tres carriles de sur a norte, y tres en dirección contraria. Cuando 'la caja' de la construcción –o sea piso, paredes laterales y techo– esté concluida, todo el material que se sacó de la excavación servirá para cubrir los lados laterales y la parte superior. Así se volverá a hacer un nuevo lecho del río y por ahí, es decir por encima de la construcción, fluirán las aguas del 'río hablador'. El túnel contará con seis salidas de emergencia, tres por cada lado. Además se colocarán cámaras de videovigilancia, un centro de monitoreo de las imágenes, detectores de humo y sistemas de extinción de incendios, equipos para comunicar emergencias e iluminación inteligente.

En las excavaciones que se han hecho, sorprendentemente –en una ciudad colonial como Lima– no ha habido hallazgos de construcciones u objetos antiguos. Tan solo se han topado con algunos canales de la ciudad que acaban en el río, fuentes de agua que vienen de la Vía de Evitamiento y un pedazo metálico de lo que al parecer fue parte de un vagón de tren. Cuando este túnel subterráneo esté concluido, el flujo de la Vía de Evitamiento se reducirá en un 80%, según la Municipalidad de Lima y la lentitud del recorrido, que hoy es de 14 kilómetros por hora, se agilizará por lo menos cuatro veces. Un cálculo de la empresa constructora señala que habrá un ahorro de 100 millones de soles al año por la reducción de tiempo al transitar en la Vía de Evitamiento y el ahorro de combustible. A nivel de Latinoamérica, solo en Chile existe un túnel similar –de 4 kilómetros– bajo el río Mapocho.

VÍA PARQUE LIMA

Pero el proyecto Vía Parque Rímac, además del túnel de 2 kilómetros bajo el río, tiene 7 kilómetros más de nuevas vías y 11 viaductos. Tres de estos últimos se empezarán a construir en los próximos meses. Uno de ellos vinculará la Vía de Evitamiento con San Juan de Lurigancho. "Un millón de personas tendrá una nueva salida a la ciudad, porque solo tenían una y no era suficiente", dice Susana Villarán. Pero hay más. La Municipalidad de Lima busca identificar 12 o 14 puntos donde ubicar puentes peatonales con características arquitectónicas que los conviertan en espacios públicos en sí mismos y no sirvan solo para pasar de un lado del río al otro.

MOTOR DE CAMBIO

Vía Parque Rímac también recuperará 6 kilómetros del lecho del río desde el puente de la avenida Tacna con dirección al Callao, dotándolo de muros de contención y áreas verdes. Además la obra se articulará con el proyecto Río Verde, que será un gran parque en la zona de Cantagallo con fondos de la Municipalidad de Lima. Este parque, a su vez, se complementará con el ya existente Parque de La Muralla. "El gran parque de Cantagallo tendrá 25 hectáreas de área verde, infraestructura deportiva, recreativa y comercial. Donde había hacinamiento y tugurios habrá ahora un inmenso parque que se convertirá en el pulmón de la ciudad", ha dicho la alcaldesa de Lima.

Es decir, Vía Parque Rímac es también una forma de recuperar el río para la ciudad. Con la aparición de parques de varios kilómetros de extensión en la zona, el centro de Lima recuperará un territorio que había sido abandonado, habrá más visitantes y hasta los negocios se potenciarán. "Es un esfuerzo público-privado para recuperar las laderas, puentes peatonales y paseos del río Rímac a fin de que los vecinos de San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Rímac, El Agustino y Cercado de Lima tengan un gran espacio público", explica Susana Villarán.

Esta recuperación del río también ha contemplado, por fuerza, la reubicación de muchas familias que ocupaban informal o ilegalmente el área de influencia de la obra. Ha sido el caso de muchos ocupantes de la margen izquierda del río, ubicados a la altura del puente Del Ejército y zonas aledañas. Pero incluso en esos casos se ha llegado a acuerdos. Muchas familias han aceptado dejar las casas inseguras que ocupaban para cambiarse a departamentos en los complejos habitacionales Patio Unión o Acomayo, o han escogido irse a vivir a casas o terrenos ubicados en San Martín de Porres, Puente Piedra, Lurín o San Juan de Lurigancho. En diciembre del 2011, la alcaldesa de Lima entregó sus títulos de propiedad a 45 familias que dejaron sus casas precarias por departamentos de 60 metros cuadrados. El cambio ha significado una mejora notable en la vida de los beneficiados.

Pero la empresa a cargo de la obra también considera otros proyectos sociales en su área de influencia. Desde hace dos años ha implementado programas de desarrollo social en los distritos que abarca el proyecto. Hasta la fecha ha entregado 21 puestos de auxilio rápido, aulas de innovación tecnológica a 10 colegios, ha construido la cancha deportiva Simón Bolívar en Mirones Bajo, entregó una biblioteca al colegio Dos de Mayo y abrió la Casa Abierta Vía Parque Rímac, donde se brinda servicios de salud preventiva, sicología y nutrición. 

Respecto a la segunda parte de Vía Parque Rímac, es decir la recuperación de toda la Vía de Evitamiento desde el Trébol de Javier Prado hasta el óvalo de Habich, en San Martín de Porres, la empresa Lamsac y OAS mejorarán sus 16 kilómetros de extensión, les darán mantenimiento y administrarán los peajes que existen ahí en una concesión de 40 años. En este tramo también se construirán los viaductos restantes que harán más fluida la circulación en los distritos que atraviesa.

Esta obra, que se anuncia como clave para la fluidez del tráfico en Lima a partir del 2015, irá de la mano con otros megaproyectos (ver claves) presentados esta semana por Susana Villarán como parte de la inversión privada que se está haciendo en Lima en el tema vial. El último viernes, tras su breve paso por el puente Trujillo para observar los trabajos en el lecho del río Rímac, la alcaldesa entregó una obra vial en la zona de Huaycán. Allí dijo que ella no inaugura obras sino que las entrega porque "para eso me eligió un millón 700 mil votantes". Si triunfa en la revocatoria del próximo año, podrá concluir su mandato, ver terminado el proyecto que aquí describimos y, finalmente, entregarlo a la población.

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